Las Siete Últimas Palabras de Jesús: Una Reflexión Transformadora
Palabra 1: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen»
Ante el odio y la burla de sus verdugos, Jesús responde con un acto de puro amor: el perdón. Nos enseña que, incluso en los momentos más difíciles, debemos estar dispuestos a perdonar a quienes nos han hecho daño. El rencor y la falta de perdón rompen nuestra comunión con Dios, por lo que esta primera palabra nos desafía a liberar nuestros corazones del odio y abrazar el perdón.
Palabra 2: «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso»
Jesús, en medio de su propio sufrimiento, se preocupa por el ladrón arrepentido a su lado. Nos enseña a dejar a un lado nuestras propias necesidades y angustias para extender la mano a quienes sufren. Así como Jesús recordó al ladrón, debemos recordar a los que nos rodean y servir a nuestro prójimo, pues este es el legado que Jesús nos dejó.
Palabra 3: «Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre»
Aun en la cruz, Jesús no se olvida de su madre. Nos enseña a honrar y cuidar a nuestros padres, a expresarles nuestro amor y a atender a sus necesidades. Ser un buen hijo o hija no se trata solo de palabras, sino de acciones que demuestren nuestro cariño y gratitud.
Palabra 4: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»
En este momento de profunda soledad, Jesús siente el abandono de su Padre celestial. Nos enseña que, incluso en los momentos más oscuros, Dios no nos abandona. Aunque a veces nos sintamos solos y desesperados, debemos confiar en que Él está con nosotros y que, así como liberó a Jesús, también nos liberará a nosotros.
Palabra 5: «Tengo sed»
Jesús, en medio de su agonía, expresa su sed física. Nos recuerda que, cuando buscamos alivio en nuestro sufrimiento, a veces recibimos lo contrario: amargura en lugar de consuelo. Nos enseña a confiar en Dios, incluso cuando los demás nos decepcionen, y a entregar nuestro dolor a Él.
Palabra 6: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»
Jesús, en sus últimos momentos, deposita su confianza en su Padre celestial. Nos enseña a hacer lo mismo, a confiar plenamente en Dios, incluso en los momentos más difíciles de nuestra vida. Él es nuestra roca, nuestro refugio y nuestra salvación.
Palabra 7: «Consumado es»
Con estas palabras, Jesús declara que su obra redentora está completa. Nos enseña que no hay nada que podamos hacer para garantizar nuestra salvación, pues esta ya ha sido lograda por Él en la cruz. Nuestra única tarea es creer y confiar en la obra de Cristo, pues Él ha hecho todo lo necesario para abrirnos las puertas del cielo.
Estas siete palabras de Jesús, pronunciadas en medio de su sufrimiento, nos desafían a transformar nuestras vidas. Nos enseñan a perdonar, a servir a los demás, a honrar a nuestros padres, a confiar en Dios, incluso en los momentos más oscuros, y a recibir con gratitud la salvación que Jesús nos ha conseguido. Que cada una de estas palabras penetre en nuestros corazones y nos ayude a ser mejores cristianos.